Cuando la verdad sirve al conocimiento y no a la vida, se trata de terrorismo: terrorismo científico, terrorismo político, terrorismo ético. Otro tanto puede decirse cuando sirve a la información y se separa de las vidas concretas y singulares que atravesamos. Sépanlo los todavía promotores de la verdad objetiva: hemos echado a correr la voz de que no existe. Sólo hacemos valer aquella que en el ejercicio práctico del decir, involucra la propia vida, como testimonio. Una verdad que nos marca el cuerpo, el tiempo y la historia.
martes, 18 de febrero de 2014
A los promotores de la verdad objetiva
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