HYPOMNEMATA

Los hypomnemata eran cuadernos de escritura: en ellos se encontraban citas, fragmentos de escrituras o pensamientos del propio espíritu. Constituían una memoria material de las cosas leídas, oídas, pensadas, y se atesoraban en esas páginas desordenadas, heterogéneas. Se trataba de un ejercicio en el pensamiento que no tenía como fin el decir lo indecible, sino captar lo ya dicho, de reunir lo leído. Eran escrituras sobre lecturas, y el fin de las mismas, la constitución de sí mismo. Era una escritura que posibilitaba la transformación de la verdad que nos damos a nosotros mismos. Una escritura que constituía con las propias palabras y las de otros un "cuerpo", como el propio cuerpo de quien, al transcribir sus lecturas, se las apropia y hace suya su verdad.







viernes, 27 de diciembre de 2019

La espera


Antes que suene el presuroso timbre
y abran la puerta y entres, oh esperada
por la ansiedad, el universo tiene
que haber ejecutado una infinita
serie de actos concretos. Nadie puede
computar ese vértigo, la cifra
de lo que multiplican los espejos,
de sombras que se alargan y regresan,
de pasos que divergen y convergen.
La arena no sabría numerarlos.
(En mi pecho, el reloj de sangre mide
el temeroso tiempo de la espera).
Antes que llegues,
un monje tiene que soñar con un ancla,
un tigre tiene que morir en Sumatra,
nueve hombres tienen que morir en Borneo.
Jorge Luis Borges

jueves, 26 de diciembre de 2019

Recobrar lo imprevisible


El hombre debe recobrar lo imprevisible como patria.
Lo imprevisible, nada más.
Son entonces los Imprevisibles (antes que los Fundamentales)
los que son objeto de su ansia.
Son los Ángeles.
Caballos que dan coses,
tigres que saltan,
delfines que emergen por encima de la superficie centelleante del mar,
tiburones que muerden
buitres que aparecen de pronto en lo alto del cielo,
relámpagos, amores, olas, ciclones,
primaveras perforando la nieve....

Pascal Quignard, "Los desarzonados"

viernes, 29 de noviembre de 2019

Genius

"Es Genius lo que oscuramente presentimos en la intimidad de nuestra vida fisiológica, allí donde habita lo más propio y lo más extraño e impersonal, lo más vecino y lo más remoto e inmanejable. Si no nos abandonáramos a Genius, si fuésemos solamente Yo y conciencia, no podríamos siquiera orinar. Vivir con Genius significa, en este sentido, vivir en la intimidad de un ser extraño, mantenerse constantemente en relación con una zona de no conocimiento. Pero esta zona de no-conocimiento no es una remoción, no mueve o traslada una experiencia de la conciencia al inconsciente, donde sedimenta como un pasado inquietante, listo para aflorar bajo la forma de síntomas o neurosis. La intimidad con una zona de no-conocimiento es una práctica mística cotidiana, en la cual e! Yo, en una suerte de especial, alegre esoterismo, asiste sonriendo a su propia ruina y, ya se trate de la digestión de! alimento o la iluminación de la mente, testimonia incrédulo su propia e incesante disolución. Genius es nuestra vida en tanto que no nos pertenece."

G. Agamben

martes, 19 de noviembre de 2019

Rostro y paisaje


Tiziano

"No hay rostro que no englobe un paisaje desconocido, inexplorado; no hay paisaje que no se pueble con un rostro amado o soñado, que no desarrolle un rostro futuro o ya pasado. ¿Qué rostro no ha convocado los paisajes que amalgamaba, el mar y la montaña, qué paisaje no ha evocado el rostro que lo habría completado, que le habría proporcionado el complemento inesperado de sus líneas y de sus rasgos? Incluso cuando la pintura deviene abstracta, lo único que hace es volver a encontrar el agujero negro y la pared blanca, la gran composición de la tela blanca y de la hendidura negra. (...). Tiziano empezaba pintando en blanco y negro, no para trazar contornos que habría que rellenar, sino como matriz de cada futuro color"

Deleuze & Guattari, Mil mesetas

lunes, 18 de noviembre de 2019

Sobre la prudencia para hacerse un Cuerpo sin Órganos


Francis Bacon 
"¿Qué quiere decir desarticular, dejar de ser un organismo? (...) ¿Cómo liberarnos de los puntos de subjetivación que nos fijan, que nos clavan a la realidad dominante? Arrancar la conciencia del sujeto para convertirla en un medio de exploración, arrancar el inconciente de la significancia y la interpretación para convertirlo en una verdadera producción, no es seguramente ni más ni menos difícil que arrancar el cuerpo del organismo. La prudencia es el arte común a las tres;"
"Habría, pues, que hacer lo siguiente: instalarse en un estrato, experimentar las posibilidades que nos ofrece, buscar en él un lugar favorable, los eventuales movimientos de desterritorialización, las posibles líneas de fuga, experimentarlas, asegurar aquí y allá conjunciones de flujo, intentar segmento por segmento continuus de intensidades, tener siempre un pequeño fragmento de una nueva tierra".

Deleuze & Guattari, Mil Mesetas

124. En el horizonte infinito


Hemos abandonado la tierra, ¡nos hemos embarcado! Hemos volado los puentes, más aun hemos dejado la tierra atrás! Ahora, barquito, ¡ten cuidado! Junto a ti está el océano; es verdad que no siempre brama y a veces se despliega como seda y oro y como un ensueño de la bondad. Pero vendrán horas en las que conocerás que es infinito y que no hay nada más terrible que la infinitud. ¡Oh el pobre pájaro que se sintió libre y que ahora choca con los barrotes de esta jaula! ¡Ay cuando la nostalgia de la tierra se apodera de ti, como si en ella hubiese habido más libertad, pero te encuentras con que ya no hay “tierra”!

FNietzsche, La gaya ciencia

domingo, 3 de noviembre de 2019

Providencia personal


"Hay un cierto punto elevado de la vida: cuando lo hemos alcanzado, volvemos a correr el mayor peligro –pese a toda nuestra libertad, y por mucho que hayamos negado al bello caos de la existencia toda razón y bondad providentes– de perder la libertad espiritual, y tenemos que pasar entonces por nuestra más difícil prueba. Y es que sólo en ese momento, en el momento en que tocamos con las manos que todas, todas las cosas que nos afectan son continuamente para nuestro mayor bien, la idea de una providencia personal se pone ante nosotros con su más apremiante fuerza y tiene a su favor el mejor abogado, lo que entra por los ojos. La vida de cada día y de cada hora parece no querer ya otra cosa que ir dando nuevas demostraciones de este aserto y solo de él; sea lo que sea, mal o buen tiempo, la pérdida de un amigo, una enfermedad, una calumnia, una carta que no llega, la torcedura de un pie, una mirada a un comercio, un contraargumento, abrir un libro, un sueño, un fraude: todo se revela enseguida, o muy poco después, como una cosa que «no podía faltar», ¡como una cosa llena de profundo sentido y utilidad precisamente para nosotros! ¿Hay una seducción más peligrosa a perder la fe en los dioses de Epicuro, aquellos desconocidos despreocupados, y a creer en una divinidad cualquiera llena de preocupaciones y ruin, que conoce personalmente hasta el más diminuto pelo de nuestra cabeza y a la que no repugna ni siquiera el más lamentable servicio? Pues bien, a pesar de todo ello vamos a dejar a los dioses en paz, y a los genios serviciales también, y a conformarnos con la suposición de que nuestra propia habilidad práctica y teórica en interpretar y acomodar los acontecimientos ha llegado en ese momento a su punto culminante. No tengamos un concepto demasiado elevado de esta destreza de los dedos de nuestra sabiduría cuando a veces nos sorprende en exceso la maravillosa armonía que suena demasiado bien para que nos atrevamos a atribuírnosla a nosotros mismos. De hecho, aquí y allá alguien está jugando con nosotros: es el querido azar, que nos lleva en ocasiones la mano, y la más sabia Providencia no podría idear una música más bella que esa que entonces logra obtener nuestra insensata mano” 
                                                                                                                                                                F. Nietzsche


miércoles, 30 de octubre de 2019

Acoger lo inoportuno

“Hoy extiendo la mano
hacia el azar seductor,
suficientemente astuto
para conducirlo y embaucarlo como a un niño.
Hoy quiero ser acogedor
ante lo inoportuno,
ante el destino no quiero ser punzante.
—Zaratustra no es un erizo.
Mi espíritu,
insaciable, con su lengua
todo lo bueno y lo malo ya ha lamido,
se ha sumergido en todas las profundidades.
Pero siempre, como un corcho,
retorna a la superficie,
flota como aceite sobre oscuros mares:
debido a este espíritu me llaman Afortunado.
¿Quiénes fueron mi padre y mi madre?
¿No fue mi padre el Príncipe Abundante y mi madre la Risa Sosegada?
¿No es fruto de tal unión
este acertijo que soy,
hostil a la luz,
pródigo de toda sabiduría, Zaratustra?
Enfermo hoy de ternura,
un viento de rocío
está Zaratustra aguardando, sentado aguardando sobre sus montañas
en su propio jugo
se ha cocido y endulzado,
bajo sus cumbres,
bajo sus hielos,
fatigado y satisfecho,
a un creador en su séptimo día semejante.
—¡Silencio!
Una verdad se cierne sobre mí como una nube,
—con rayos invisibles me alcanza.
Por amplias y lentas escalinatas asciende su felicidad hasta mí:
¡ven, ven, verdad amada!”
F. Nietzsche
(siempre F. Nietzsche ♡)

martes, 8 de octubre de 2019

Las leyes de la astronomía

"Pero tú tienes que enterarte de que a las personas no solamente las atan las palabras, los juramentos y las promesas, y que ni siquiera son los sentimientos y las simpatías los que rigen las relaciones humanas. Hay algo diferente, una ley más severa, más dura, que determina si dos personas están ligadas o no... Es como la complicidad. Esa ley fue la que estableció que yo tuviera que ver contigo. Yo conocía esa ley. (...). Es una ley dura. Atiéndeme. La ley de la vida dicta que acabemos lo que un día empezamos. No es precisamente con motivo de alegría. En la vida nada llega a tiempo, la vida nunca te da nada cuando lo necesitas. Durante largos años nos duele ese caos, esa demora. Pensamos que alguien está jugando con nosotros. Sin embargo, un día nos damos cuenta de que todo ha ocurrido determinado por un orden perfecto, encajado en un sistema maravilloso... Dos personas no pueden encontrarse antes de estar maduras para su encuentro... Maduras, no desde el punto de vista de sus inclinaciones y de sus caprichos, sino en su fuero más íntimo, obedeciendo la ley irrevocable de sus destinos, de sus estrellas, de la misma manera que se encuentran dos astros, en la infinitud del universo, con una exactitud perfectamente determinada, en el instante previsto, en el instante que pertenece a los dos, en la infinitud del espacio y del tiempo, según las leyes de la astronomía ".
Sándor Márai, en La herencia de Eszter

jueves, 19 de septiembre de 2019

Miro a alguien a los ojos

"Miro a alguien a los ojos. Esos ojos bajan ( es el pudor, que es pudor, justamente, del vacío que hay detrás de la mirada) o a su vez me miran. Y pueden mirarme con descaro, exhibiendo su vacío como si por detrás hubiera otro ojo abisal que conoce ese vacío y lo usa como un escondite impenetrable; o una impudicia  casta y sin reservas, permitiendo que en el vacío de nuestras miradas sucedan el amor y la palabra".

G. Agamben

lunes, 9 de septiembre de 2019

Manada, soledad y amor

Teniendo en cuenta que: "en la manada cada miembro permanece solo a pesar de estar con los demás".
"¿Qué quiere decir amar a alguien? Captarlo siempre en una masa, extraerlo de un grupo, aunque sea restringido, del que forma parte (...) buscar sus propias manadas, las multiplicidades que encierra en sí mismo, y que quizá son de una naturaleza totalmente distinta. Juntarlas con las mías, hacer que penetren en las mías, y penetrar las suyas. Bodas celestes, multiplicidades de multiplicidades. Todo amor es un ejercicio de despersonalización en un cuerpo sin órganos a crear; y el punto álgido de esa despersonalización es donde alguien puede ser nombrado (cursivas), recibe su nombre o su apellido, adquiere la más intensa discernibilidad en la aprehensión instantánea de los múltiples que le pertenecen y a los que pertenecen"
(de la serie de la irrupción triunfal de Mil Mesetas en mí)

lunes, 2 de septiembre de 2019

Vino y rizoma

¿Alguien ha pensado qué es el vino sino eso que dicen Deleuze y Guattari, "la embriaguez como irrupción triunfal de la planta en nosotros"?

miércoles, 28 de agosto de 2019

Deuda infinita

El hecho de que la deuda en un momento se vuelva infinita es algo que solamente puede explicarse -como ya lo sabía Nietzsche- desde una genealogía moral: la relación acreedor-deudor es fundadora de nuestra conciencia moral. "Lo prometido es deuda": el modo más exitoso de volver al hombre "gobernable". Pero ya aquella primitiva relación acreedor-deudor instauraba todo el mecanismo de la deuda: que ella se volviera impagable, que se pagara con la existencia toda. Y además, que terminaran pagando quienes no contrajeron la deuda. “¿Qué le sucede al hombre endeudado durante la crisis? ¿Cuál es su principal actividad? La respuesta es muy simple: paga” (Lazzarato).
O en palabras de un poeta persa del siglo XI: "Pretender que el humilde devuelva en oro el plomo que a él le han arrojado, y exigirle que pague una deuda que nunca con nadie ha contraído, es comercio de usura al que nadie está obligado" (Kheyyam).

Anima




back up the cul-de-saccome on, do your worstyou quit your job againand your train of thoughtif you could do it all again a little fairy dust a thousand tiny birds singing if you must, you must please let me know

Gift





You tell me that silence
is nearer to peace than poems
but if for my gift
I brought you silence
(for I know silence)
you would say
"This is not silence
this is another poem"
and you would hand it back to me.

Leonard Cohen