domingo, 17 de agosto de 2014
Alegría,discrecionalidad y azar
Entender que: probablemente no nos estemos escuchando, que contribuimos a un ruido de fondo, que nos hacemos interferencias al propio pensamiento que, preso de su época, zigzaguea en la escucha de uno, de otro... Que todo esfuerzo por una pregunta propia, genuina, vital, es un esfuerzo por la soledad. Que la filosofía sin embargo es ésto: que si estamos atados a la filosofía vitalmente, entonces también estamos atados a este sordo cuchicheo y múltiple murmullo de cosas "trascendentes", mientras la vida, eso que nos antecede y nos es inmanente, nos deja subjetivarnos de este modo, que creemos genuino. Afortunadamente una ficción que nos permite llegar a ser los que somos.
(O de cómo un pesimismo filosófico se transforma en la afirmación de la ficcionalidad, ergo, en qué otra cosa? Hipótesis: la alegría de la discrecionalidad y del azar, y la de la soledad)
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