HYPOMNEMATA
Los hypomnemata eran cuadernos de escritura: en ellos se encontraban citas, fragmentos de escrituras o pensamientos del propio espíritu. Constituían una memoria material de las cosas leídas, oídas, pensadas, y se atesoraban en esas páginas desordenadas, heterogéneas. Se trataba de un ejercicio en el pensamiento que no tenía como fin el decir lo indecible, sino captar lo ya dicho, de reunir lo leído. Eran escrituras sobre lecturas, y el fin de las mismas, la constitución de sí mismo. Era una escritura que posibilitaba la transformación de la verdad que nos damos a nosotros mismos. Una escritura que constituía con las propias palabras y las de otros un "cuerpo", como el propio cuerpo de quien, al transcribir sus lecturas, se las apropia y hace suya su verdad.
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Wittgenstein decía que el milagro, la experiencia del milagro, es probar que el mundo exista. No cómo es el mundo -lo que compete más al ámbito de la ciencia-, sino que el mundo sea. Y eso se acompaña de otra experiencia ética: la seguridad que nos da contar con el mundo. Hay un mundo y estamos en él, esa seguridad primordial, pese a todo devenir de lo que nos pasa y de lo que acontece.En ese sentido Paolo Virno dice que la maravilla siempre puede convertise en seguridad. Que lo que asombra duraderamente, protege duraderamente.Hoy estuve pensando eso: que menos mal que existen la música y los libros. Qué maravilla que "sean", y además que sean una creación humana, demasiado humana. Y que nos den la seguridad de que, pese a todo, pese a lo que nos pasa, pese a cómo el presente nos atraviesa la vida, estén ahí. Refugio y continente. Intimidad de la libertad, prácticas de libertad. Secreto de las resistencias. Brotes desde donde volver a la vida.
