Platón necesitó en su República expulsar a los poetas… éstos ponen en riesgo no sólo el logos, sino el orden de la República… los poetas, los que se mueven por sí mismos, los que no han atado sus palabras al diccionario, a las definiciones, al cementerio de las palabras… “Las empresas me piden formación en mano de obra para la construcción” decía la Ministra de Educación cuando se transformaba la curricula, cuando “Formación Ética y Ciudadana” se transformaba en una “Historia y Formación Ética y Ciudadana”, a partir de lo cual terminamos escuchando al historiador decir que él sólo estaba formado para “dar” historia y no ética… No necesitamos poetas, necesitamos mano de obra barata, quienes puedan vender su fuerza de trabajo, obedientes, domesticados, puedan seguir reproduciendo las leyes del capitalismo. No necesitamos pensamiento crítico, pone en riesgo nuestro logos, nuestro orden… El biopoder está entre nosotros. Para una política de masas, para una política que quiere hacer vivir y dejar morir a costa de alimentar las enormes máquinas capitalistas, necesitamos que vivan más, necesitamos una medicina que los haga vivir, ser fuertes, que no nos abandonen el trabajo a mitad de camino, eso nos sale muy caro… todavía que les pagamos la ART… todo aquél que no pueda trabajar como nuestro sistema lo requiere, es un a-normal, pero… “¿qué hacemos con el minotauro?” “¡Encerrémosle! ¡Hagámosle un laberinto de donde no pueda salir, un laberinto que manifieste su diferencia! ¡Un laberinto que manifieste nuestro poder de eliminar a la diferencia!” “¡O, no! ¡Hagamos una escuela! ¡Usemos de su cuerpo, desapropiémosle de palabra, hagámosle obediente y que nos tema para ser parte de nuestras leyes!”. Adiós a los poetas…
(fragmento de un rizoma entre mariana y yo)
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