HYPOMNEMATA

Los hypomnemata eran cuadernos de escritura: en ellos se encontraban citas, fragmentos de escrituras o pensamientos del propio espíritu. Constituían una memoria material de las cosas leídas, oídas, pensadas, y se atesoraban en esas páginas desordenadas, heterogéneas. Se trataba de un ejercicio en el pensamiento que no tenía como fin el decir lo indecible, sino captar lo ya dicho, de reunir lo leído. Eran escrituras sobre lecturas, y el fin de las mismas, la constitución de sí mismo. Era una escritura que posibilitaba la transformación de la verdad que nos damos a nosotros mismos. Una escritura que constituía con las propias palabras y las de otros un "cuerpo", como el propio cuerpo de quien, al transcribir sus lecturas, se las apropia y hace suya su verdad.







martes, 27 de marzo de 2012

Efectos del lenguaje (II)

Charles Grogg

¿Cómo pararlas? Ellas se lanzan a nombrar y en el mismo acto desatan la fábula, crean la historia, interrumpen la uterina calidez de sentirse que se está en el lugar indicado. Invitan al salto, pero todo salto es un salto al vacío. Se extienden, en su propio big bang, sobre la nada. La rechazan, la barren. Se le  rebelan. Son perras negras, como dice Cortázar. Se alzan en las más fabulosas obras de arte, ésas, que también alimentan y donan sentido a existencias pasajeras, transitorias, efímeras, infames. “Proxenetismo de tinta y voces”, satisfacen el más grande instinto humano: dar sentido, darnos sentido, hacernos sentir, aunque  sea en un fugaz instante, protagonistas de nuestras vidas, los ojos desde donde todo se configura, un mundo que está allí porque lo nombramos. Indóciles, prostitutas, insurrectas, encantadoras de fieras, no puede aprenderse su arte de magas, de hacedoras, de diosas creadoras ex nihilo. Ascienden las apuestas, caballos desbocados, ríos abriéndose hacia el mar. Cómo sortearlas, cómo desprenderse, cómo huir de las palabras.

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