HYPOMNEMATA

Los hypomnemata eran cuadernos de escritura: en ellos se encontraban citas, fragmentos de escrituras o pensamientos del propio espíritu. Constituían una memoria material de las cosas leídas, oídas, pensadas, y se atesoraban en esas páginas desordenadas, heterogéneas. Se trataba de un ejercicio en el pensamiento que no tenía como fin el decir lo indecible, sino captar lo ya dicho, de reunir lo leído. Eran escrituras sobre lecturas, y el fin de las mismas, la constitución de sí mismo. Era una escritura que posibilitaba la transformación de la verdad que nos damos a nosotros mismos. Una escritura que constituía con las propias palabras y las de otros un "cuerpo", como el propio cuerpo de quien, al transcribir sus lecturas, se las apropia y hace suya su verdad.







miércoles, 12 de diciembre de 2012

Hijos





Los hijos no nos pertencen. Aunque culturalmente las madres los crean de su propiedad, parte de su cuerpo y en los juegos del lenguaje se los nombre con posesivos, no son nuestros. No son la carne que nos continúa, como si algo de nosotros hubiera en ellos, aunque las palabras nos lo permita decir y nos engañen respecto de ello. Hemos sido para ellos un tránsito, un puente. Ellos, son otros. Nacen otra vez al mundo, cuando se hacen a sí mismos, se configuran para alcanzarse otros, diferentes. Y por eso, qué emoción más extraña nos invade cuando alcanzan algo para sí mismos. Cuando se muestran ellos. Cuando efectivamente el parto acontece en ese "partir" y separarse para ser otro. Cuando ese partir es un partir hacia lo incierto. A pesar de todo, nótese la imagen. Se puede jugar al juego de las diferencias!

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