HYPOMNEMATA

Los hypomnemata eran cuadernos de escritura: en ellos se encontraban citas, fragmentos de escrituras o pensamientos del propio espíritu. Constituían una memoria material de las cosas leídas, oídas, pensadas, y se atesoraban en esas páginas desordenadas, heterogéneas. Se trataba de un ejercicio en el pensamiento que no tenía como fin el decir lo indecible, sino captar lo ya dicho, de reunir lo leído. Eran escrituras sobre lecturas, y el fin de las mismas, la constitución de sí mismo. Era una escritura que posibilitaba la transformación de la verdad que nos damos a nosotros mismos. Una escritura que constituía con las propias palabras y las de otros un "cuerpo", como el propio cuerpo de quien, al transcribir sus lecturas, se las apropia y hace suya su verdad.







martes, 14 de enero de 2020


"Quien lee renuncia a la libertad de dirigir aquello por lo que sufre. Se somete a la univocidad de una argumentación o a lo arbitrario de una intriga. Se entrega por entero al proyecto que otro ha concebido. Como esta servidumbre propia a la práctica de la lectura obra de modo que el orden en el que se mantiene uno mismo se convierte en el orden de otro, remite a las nociones de obediencia y fidelidad.
La obediencia nos dispensa de buscar las razones de las órdenes que se nos dan o de los impulsos que se nos adjudican.
La sumisión de la fidelidad requiere la ceguera voluntaria, la mortificación de los propios deseos, el abandono de la voluntad, la destrucción de la idea de uno mismo.
Quiero leer. Quiero someter a la ley que me prohíbe ser yo. Quiero abrazar una orden por la prescripción de un ausente, de un antiguo, de un otro profundamente otro, de un muerto inmensamente muerto".
Pascal Quignard

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