"A Foucault mismo no se lo percibía exactamente como una persona. Aun en circunstancias insignificantes, cuando entraba a una habitación, ocurría algo parecido a un cambio de atmósfera, una especie de acontecimiento, se producía un campo eléctrico o magnético, como se prefiera. Esto no excluía en absoluto la dulzura o la comodidad, pero no eran del orden de la persona. Eran una conjunción de intensidad. A veces lo irritaba ser así, producir ese efecto, pero, por lo demás, toda su obra se nutría de ello. Fulgores, destellos, relámpagos, efectos de luz, eran lo visible de él. El lenguaje es un inmenso "hay", en tercera persona, esto es, lo opuesto a la persona".GDeleuze
lunes, 17 de septiembre de 2012
Impersonal
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