jueves, 13 de marzo de 2014
Diferencia y multiplicidad
Mantener la multiplicidad -esa es la cosa mas difícil para alcanzarnos a nosotros mismos-. No quedarnos con la primera o última modificación que nos adviene, para abandonar las viejas identidades, los viejos modos de sujetarnos a nosotros mismos, de sujetarnos a lo que pensamos. Abandonar así lo que nos inventó, nuestros intercesores, las propias creaciones. Atrevernos a la multiplicidad, a todos nuestros rostros y nombres, a todos los diagnósticos y personajes, a los modos de vida que nos hemos venido creando. Aprender a sostener la multiplicidad y las diferentes fuerzas que nos atraviesan. Raíces a la propia vida que deviene, paradoja de las raíces al tránsito y a lo que pasa, pero también a lo que se nos suma. Que no hay identidad una, y que esos abandonos no son francos, no con uno mismo.
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