Leía recién que para Marguerite Duras la literatura tiene la misión de representar lo prohibido. De decir lo que no se dice normalmente. Que la literatura debe ser escandalosa y que el poeta es en sí mismo ese riesgo. Alguien que contrariamente a nosotros, no se defiende de la vida.
Y pensaba que todo en nosotros es literatura. Que nuestra subjetividad emerge desde esa narratividad que hacemos de nosotros mismos. Que hacemos literatura cuando intentamos hablarnos, aunque no nos escuchemos. Y pensaba también qué pena aquellos que están más atentos a los relatos de los otros que a los propios. Y qué pena aquellos que prefieren decir lo que se acostumbra a decir normalmente. Y que pena aquellos que no se animan a decir sus verdades. Y mucho más, aquellos que se arrogan una única verdad y la usan para agredir y hasta para matar.
Ojalá aprendamos a ser como los poetas. Y a no defendernos de la vida.
viernes, 7 de marzo de 2014
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