Una filosofía laberíntica: para situar y manifestar lo que acaece en el pensamiento: transformaciones, rebeliones, contradicciones, nuevas significaciones, borraduras, creaciones, semejanzas, analogías, verdades en tránsito. Sus vacíos, ambigüedades, misterios, incertidumbres y no sólo de las pocas certezas que se necesitan para al fin también ser puestas en cuestión.
Una filosofía laberíntica: para no esperar más de la filosofía la exposición de verdades -o lo que es peor: para reducirla, como algunos académicos, a prologar las verdades de otros-.
Una filosofía laberíntica: para no esperar más de la filosofía la exposición de verdades -o lo que es peor: para reducirla, como algunos académicos, a prologar las verdades de otros-.
1 comentarios:
El laberinto
Jorge Luis Borges (Argentina, 1899-1986)
Zeus no podría desatar las redes
de piedra que me cercan.
He olvidado los hombres que antes fui; sigo el odiado camino de monótonas paredes que es mi destino.
Rectas galerías que se curvan en círculos secretos al cabo de los años. Parapetos que ha agrietado la usura de los días.
En el pálido polvo he descifrado
rastros que temo. El aire me ha traído en las cóncavas tardes un bramido o el eco de un bramido desolado.
Sé que en la sombra hay Otro, cuya suerte es fatigar las largas soledades que tejen y destejen este Hades y ansiar mi sangre y devorar mi muerte.
Nos buscamos los dos. Ojalá fuera
éste el último día de la espera.
( supongo que ya lo conocías, pero por las dudas...)
Siempre te leo
Un abrazón
Osvaldo
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