HYPOMNEMATA

Los hypomnemata eran cuadernos de escritura: en ellos se encontraban citas, fragmentos de escrituras o pensamientos del propio espíritu. Constituían una memoria material de las cosas leídas, oídas, pensadas, y se atesoraban en esas páginas desordenadas, heterogéneas. Se trataba de un ejercicio en el pensamiento que no tenía como fin el decir lo indecible, sino captar lo ya dicho, de reunir lo leído. Eran escrituras sobre lecturas, y el fin de las mismas, la constitución de sí mismo. Era una escritura que posibilitaba la transformación de la verdad que nos damos a nosotros mismos. Una escritura que constituía con las propias palabras y las de otros un "cuerpo", como el propio cuerpo de quien, al transcribir sus lecturas, se las apropia y hace suya su verdad.







viernes, 16 de enero de 2009

Filosofía laberíntica


Una filosofía laberíntica: para situar y manifestar lo que acaece en el pensamiento: transformaciones, rebeliones, contradicciones, nuevas significaciones, borraduras, creaciones, semejanzas, analogías, verdades en tránsito. Sus vacíos, ambigüedades, misterios, incertidumbres y no sólo de las pocas certezas que se necesitan para al fin también ser puestas en cuestión.
Una filosofía laberíntica: para no esperar más de la filosofía la exposición de verdades -o lo que es peor: para reducirla, como algunos académicos, a prologar las verdades de otros-.








1 comentarios:

eltramonta dijo...

El laberinto
Jorge Luis Borges (Argentina, 1899-1986)

Zeus no podría desatar las redes
de piedra que me cercan.
He olvidado los hombres que antes fui; sigo el odiado camino de monótonas paredes que es mi destino.
Rectas galerías que se curvan en círculos secretos al cabo de los años. Parapetos que ha agrietado la usura de los días.
En el pálido polvo he descifrado
rastros que temo. El aire me ha traído en las cóncavas tardes un bramido o el eco de un bramido desolado.
Sé que en la sombra hay Otro, cuya suerte es fatigar las largas soledades que tejen y destejen este Hades y ansiar mi sangre y devorar mi muerte.
Nos buscamos los dos. Ojalá fuera
éste el último día de la espera.

( supongo que ya lo conocías, pero por las dudas...)
Siempre te leo
Un abrazón
Osvaldo

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