HYPOMNEMATA

Los hypomnemata eran cuadernos de escritura: en ellos se encontraban citas, fragmentos de escrituras o pensamientos del propio espíritu. Constituían una memoria material de las cosas leídas, oídas, pensadas, y se atesoraban en esas páginas desordenadas, heterogéneas. Se trataba de un ejercicio en el pensamiento que no tenía como fin el decir lo indecible, sino captar lo ya dicho, de reunir lo leído. Eran escrituras sobre lecturas, y el fin de las mismas, la constitución de sí mismo. Era una escritura que posibilitaba la transformación de la verdad que nos damos a nosotros mismos. Una escritura que constituía con las propias palabras y las de otros un "cuerpo", como el propio cuerpo de quien, al transcribir sus lecturas, se las apropia y hace suya su verdad.







miércoles, 19 de agosto de 2015

Nómades

Dice Deleuze:

“Sabemos bien que, en nuestros regímenes, los nómadas no tienen cabida: no se escatiman medios para regularlos, y apenas consiguen sobrevivir. Nietzsche vivió como uno de esos nómadas reducidos a no ser más que su sombra, de pensión en pensión. Pero, por otra parte, el nómada no es necesariamente alguien que se mueve: hay viajes inmóviles, viajes en intensidad, y hasta históricamente los nómadas no se mueven como emigrantes sino que son, al revés, los que no se mueven, los que se nomadizan para quedarse en el mismo sitio y escapar a los códigos”

Muy justo para el día de hoy. Por supuesto, el nomadismo como forma de vida, arriesga la vida misma, por eso se es siempre un sobreviviente cuando se va en el sentido contrario en el que van todos: ése siempre fue el camino más fácil, y sepan tolerar hoy estas palabras, el más mediocre.

1 comentarios:

Gabriel Cerini dijo...

Coincido. Siempre me sentí un nómade. De los de llevar libretitas y subirme a trenes o colectivos hasta el fin de sus recorridos, buscar un café y sentarme un rato a sentir el mundo. Ahora el cuerpo parece que empieza a planificar alguna mudanza. Por ahora aquí y en todas partes.

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