HYPOMNEMATA

Los hypomnemata eran cuadernos de escritura: en ellos se encontraban citas, fragmentos de escrituras o pensamientos del propio espíritu. Constituían una memoria material de las cosas leídas, oídas, pensadas, y se atesoraban en esas páginas desordenadas, heterogéneas. Se trataba de un ejercicio en el pensamiento que no tenía como fin el decir lo indecible, sino captar lo ya dicho, de reunir lo leído. Eran escrituras sobre lecturas, y el fin de las mismas, la constitución de sí mismo. Era una escritura que posibilitaba la transformación de la verdad que nos damos a nosotros mismos. Una escritura que constituía con las propias palabras y las de otros un "cuerpo", como el propio cuerpo de quien, al transcribir sus lecturas, se las apropia y hace suya su verdad.







domingo, 4 de septiembre de 2016

Para una genealogía de las marcas genéticas



Mi abuela materna murió cuando tenía 21 años. Se llamaba Pola Esther Ortiz. No sé mucho de ella, porque ni mi mamá la conoció, murió cuando ella era bebé. Sabía que ella y mi abuelo estudiaron en San Rafael para maestros. Y como a todas y todos nos pasa, quise saber más de ella. No hay mucho: apenas un periódico de la Escuela Normal Mixta de San Rafael, del año 1947, donde ella escribió algo sobre el Himno Nacional, con una pluma sorprendente en 4to año. Y una libreta donde sus compañeras, compañeros y profesores le escribieron cosas, algunas de las cuales me dicen de ella.
Me encontré con esta dedicatoria, de Alfredo Bufano, el escritor y "poeta de lo cotidiano", quien conoció a José Ingenieros y fue amigo de Alfredo Palacios y Alfonsina Storni. Una dedicatoria con las marcas propias de su historia y pregonando una felicidad muy nietzscheana, una "felicidad del espíritu que nunca está al alcance de los mediocres, por más pedagogos que sean".

La historia hay que buscarla en el cuerpo.



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