¿De qué forma puede comunicarse una forma-de-vida? ¿Cómo mostrar la co-incidencia de determinado rostro, de determinada vida con una lista apresurada de hobbies y rasgos de carácter? Agamben lo aborda así:
"El aspecto más idiosincrático de cada uno, sus gustos, el hecho de que le agrade tanto el helado de café, el mar en verano, cierta forma de los labios, cierto olor, pero también la pintura de Tiziano de viejo, todo eso parece custodiar su secreto del modo más impenetrable e irrisorio. Es preciso sustraer decididamente los gustos a la dimensión estética y redescubrir su carácter ontológico, para reencontrar en ellos algo así como una nueva tierra ética. No se trata de atributos o propiedades de un sujeto que juzga, sino del modo en el que cada quien, perdiéndose como sujeto, se constituye como forma-de-vida".
Hay que advertir la importancia política de la idea de que cada cuerpo es afectado por su forma-de-vida: es una invitación a restituir lo político al ámbito de la materialidad de los cuerpos y dejar de pensarla en el terreno de la representación, donde siempre la identidad individual y el sujeto han tenido su reinado, donde han sido capturados por los registros, fichas, archivos (algo tuvo para decir Foucault respecto de esa captura de la vida de hombres infames). Pensar la política desde el contacto: desde una intimidad no mediada por la representación, para devolverla a otra forma de relación con la vida.
"El aspecto más idiosincrático de cada uno, sus gustos, el hecho de que le agrade tanto el helado de café, el mar en verano, cierta forma de los labios, cierto olor, pero también la pintura de Tiziano de viejo, todo eso parece custodiar su secreto del modo más impenetrable e irrisorio. Es preciso sustraer decididamente los gustos a la dimensión estética y redescubrir su carácter ontológico, para reencontrar en ellos algo así como una nueva tierra ética. No se trata de atributos o propiedades de un sujeto que juzga, sino del modo en el que cada quien, perdiéndose como sujeto, se constituye como forma-de-vida".
Hay que advertir la importancia política de la idea de que cada cuerpo es afectado por su forma-de-vida: es una invitación a restituir lo político al ámbito de la materialidad de los cuerpos y dejar de pensarla en el terreno de la representación, donde siempre la identidad individual y el sujeto han tenido su reinado, donde han sido capturados por los registros, fichas, archivos (algo tuvo para decir Foucault respecto de esa captura de la vida de hombres infames). Pensar la política desde el contacto: desde una intimidad no mediada por la representación, para devolverla a otra forma de relación con la vida.
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