Tiene la tristeza pegada en sus ojos.
No puede arrancársela.
Espera, como siempre, que algo irrumpa y la sorprenda.
Aunque no deja jamás de mirarse con los gatos, y la lluvia, y la luna y alguna noche fresca con viento del sur que le acaricia el pelo, se lo moja de nada, le toca los huesos, le llueve la razón, y las palabras más fecundas nacen cuando el silencio las antecede, les deja el lugar vacío, les deja la nada…
No puede arrancársela.
Espera, como siempre, que algo irrumpa y la sorprenda.
Aunque no deja jamás de mirarse con los gatos, y la lluvia, y la luna y alguna noche fresca con viento del sur que le acaricia el pelo, se lo moja de nada, le toca los huesos, le llueve la razón, y las palabras más fecundas nacen cuando el silencio las antecede, les deja el lugar vacío, les deja la nada…
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